Nací el día de la Encarnación de La Virgen de 1956, en un pueblo situado al suroeste de la provincia de Córdoba: La Victoria, España. Con una infancia feliz, me crie rodeado de campos llenos de olivares y amapolas, de dehesas con encinas y trigales, girasoles y melonares.
Tras un breve paso por la escuela y una graduación básica, mi inquietud iba por otros derroteros. Manipular y experimentar cualquier objeto que a mis manos llegaba, iba adquiriendo en mi persona, un conocimiento de cómo estaban formados todos esos elementos. Esa destreza infantil me vendría genial para posteriormente aplicarla en mi profesión. En aquellos tiempos de escaseces y penurias, ayudaba a mi familia con las tareas relacionadas casi siempre con la agricultura. A los dieciséis años quise tener otras vivencias que fueran más allá de mi pueblo y marché a Córdoba.
Después de hacer el servicio militar comencé una nueva andadura en tierras catalanas trabajando en diferentes oficios. Posteriormente decidí cerrar una etapa y volver e instalarme en la que hoy es mi ciudad: Córdoba. Tras una época dedicado a la pintura me voy dando cuenta que todo lo relacionado con el arte, despierta de nuevo en mí la curiosidad.
La llegada al mundo de la escultura y la imaginería es algo tardía, con treinta y cuatro años. De la mano del maestro y amigo Antonio Bernal, ambos iremos descubriendo las diferentes técnicas a aplicar, descubriéndonos también a nosotros mismos, del cómo plasmar en el barro una forma que expresara y significara algo. Llegó entonces “Ella”, María Santísima de Rocío y Lágrimas, para mi ciudad, justo en el año 1990, mi primera obra: todo un orgullo para mí, desde luego. Desde entonces y hasta hoy día, he realizado más de un centenar de obras, repartidas todas ellas por multitud de ciudades y pueblos de España y también fuera de nuestras fronteras.
Así pues, continúo aprendiendo día a día, deseoso de mostrar al mundo una forma de entender la vida, la escultura, la imaginería. Me siento andaluz y me encanta mi tierra, su gente, sus tradiciones… Me apasiona mi trabajo y cada día intento poner un trocito de mi alma, en cada obra o proyecto que realizo. Pienso que mi obra culmen, aquella que siempre busco e imagino, está aún por llegar. Sin menosprecio alguno a cualquiera de mis creaciones hechas.